Descubre cómo el sol y el mar pueden mejorar tu bienestar íntimo y qué precauciones debes tomar para evitar problemas.
¿Por qué la playa es buena para la vulva?
La vulva, que en el anterior post ya hablamos de ella, es una zona muy sensible e importante para la salud sexual y reproductiva de las mujeres, por lo que requiere una atención especial.
La playa puede ser un lugar ideal para cuidar la vulva, ya que ofrece dos elementos naturales que tienen efectos beneficiosos: el sol y el agua salada.
- El sol es una fuente de vitamina D, que ayuda a mantener el equilibrio hormonal, a prevenir infecciones y a mejorar el estado de ánimo. Además, la luz solar estimula la producción de óxido nítrico, una sustancia que favorece la circulación sanguínea y la sensibilidad en la zona genital. Eso sí, hay que tomar el sol con moderación y protección, evitando las horas de mayor radiación y usando un protector solar adecuado para la piel de la vulva, que es más delicada que la del resto del cuerpo.
- El agua salada tiene propiedades antisépticas, antiinflamatorias y cicatrizantes, que pueden ayudar a prevenir y aliviar problemas como la candidiasis, la vaginosis bacteriana, las irritaciones, las heridas o las infecciones urinarias. El agua salada también favorece la hidratación y la elasticidad de la piel de la vulva, lo que puede mejorar la lubricación y el placer sexual. Además, el contacto con el agua salada puede tener un efecto relajante y estimulante a la vez, lo que puede aumentar el deseo y la satisfacción sexual.
¿Qué precauciones debes tomar para cuidar la vulva en la playa?
Aunque la playa puede ser un aliado para la salud íntima femenina, también puede suponer algunos riesgos si no se toman las medidas adecuadas. Estos son algunos consejos para disfrutar de la playa sin poner en peligro la vulva:
- Cambia el traje de baño mojado por uno seco lo antes posible, ya que la humedad puede favorecer el crecimiento de hongos y bacterias que causan infecciones. Lo ideal es usar un traje de baño de algodón, que transpira mejor que las telas sintéticas, y evitar los modelos muy ajustados o con costuras que puedan rozar o irritar la vulva.
- Limpia la vulva con agua dulce después de salir del mar, para eliminar los restos de sal, arena o suciedad que puedan provocar molestias o infecciones. Usa un jabón neutro o específico para la higiene íntima, y sécate bien con una toalla limpia y suave, sin frotar ni rascar. Si notas que después de un día de playa estás más seca o irritada, aplica el hidratante Ammo para mantener una capa de hidratación constante.
- No mantengas relaciones sexuales (con penetración) en el agua, ya que puede ser perjudicial para la salud íntima de ambos miembros de la pareja. El agua salada puede resecar la mucosa vaginal y dificultar la lubricación, lo que puede causar dolor, irritación o heridas. Además, el agua puede arrastrar microorganismos que pueden provocar infecciones o enfermedades de transmisión sexual. Si quieres tener sexo en la playa, hazlo en un lugar seco, limpio y discreto, y usa siempre preservativo.
La playa y la vulva pueden llevarse muy bien si se siguen estos consejos. Así que no dudes en aprovechar los beneficios del sol y el mar para tu salud íntima, y recuerda que la mejor forma de cuidar la vulva es conocerla, respetarla y disfrutarla.